SNES: Super Castlevania IV

 

Saludos a toda la muchachada en este fin de semana, en pleno febrero. El día de hoy toca la re-edición de una reseña antigua que tiene sede en mi viejo blog de Gamefilia, Super Castlevania IV titulo que se encuentra en el Olimpo de los videojuegos al consagrarse como uno de los plataformas más divertidos y desafiantes que concibieron para la SNES.  El cambio generacional significo mucho para esta saga, fue notoria la transición de Castlevania III a esta entrega que consiste en ponerle un “Super” antes de ”Castlevania” y un “IV” después, ahora si hablamos sobre cambios en la mecánica…nos encontramos con que es muy parecido a el resto de sus hermanos mayores.

La trama inicia cuando el súper castillo de Dracula aparece de la nada, así, de un día para otro en medio de la noche sin que nadie se dé cuenta –semejante a los plantones en el zócalo capitalino-, entonces aparece el Belmont de turno armado con la riata mágica revienta madres espectrales para acabar otra vez con la fiesta que nuestro perverso e inmortal enemigo tiene planeado llevar a cabo junto a la horda de fantasmas, monstruos simpatizantes.

Metiéndonos de lleno en la mecánica de juego, nos encontramos con un juego de plataformas repleto de acción a la vieja escuela, lo que significa que no encontramos nada que a estas alturas sea desconocido respecto al género,  podemos trasladarnos hacia las direcciones caminando o en cuclillas, dicho esto decir que el desplazamiento es muy lento y pesado, ya sea porque a nuestro caza vampiros tiene atole en lugar de sangre corriendo por las venas o porque le aprietan los bóxers, yéndonos más lejos existe la remota posibilidad de que todo esto sea para aminorar el hecho de que los niveles son cortos.

Como buen juego de plataformas tenemos un botón de salto que solo funciona si calculamos el salto a la perfección, porque es aquí donde reside gran parte de la dificultad del juego. Belmont es increíblemente pesado y tanto así que desafía las leyes de la física platafórmica en la norma numero 2, donde se dice bien claro que el efecto de caída esta suavizado un 70% de la vida real para alcanzar alturas más altas –Dah- y la caída no sea tan rápida y dura, o sea que cuando cae lo hace de putazo y la distancia que recorre es muy justita, así que no te sorprendas cuando quedes a tres metros de la plataforma siguiente aun a pesar de saltar de la esquina del sitio anterior.

Les dije que el juego también era de acción por el constante enfrentamiento a seres de ultratumba y bestias mitológicas con la increíble y extrema riata mágica de Belmont capaz de ser tuneada para alcanzar objetivos más lejos y una vez usada puede moverse como una culebra en lo que viene siendo un modo manual que a la hora de la verdad… ¡vale puro pito! Pero si te gusta moverla cual lazo para danza adelante, todo tuyo campeón. Dentro de todo esto están las armas secundarias que van desde las típicas arrojadizas, explosivas que cubren algo de espacio o ya de plano el crucifijo, que por la gracia de Dios hace que todo sea llevado por la fregada en ese mismo instante.

Las mejoras para la riata mágica se consiguen destruyendo algunas cosas del inmobiliario, al igual que los corazones para cargar la energía de nuestras armas secundarias, en si todo lo destructible abarca la inmensa cantidad de candelabros que no se sostienen a nada.

El juego presenta unos jefes más que dignos para la ocasión, te van a violar a gusto varias veces a lo largo del juego aprovechándose vilmente de que no sabes cómo chingados reaccionar en 10 segundos te encuentras de nuevo en el inicio de la fase… son los típicos hijos de su puta madre que con 3 golpes ya moriste y que es necesario aprender hasta que pie van a mover primero.

Aun sabiendo que los jefes son difíciles, hay que tener en cuenta que los enemigos comunes también llegan a ser realmente molestos como moscas que están dele y dele, calacas, calacas con espadas, calacas que lanzan huesos, calcas que corren, fantasma y criaturas de lo más variopinto nos pondrán las cosas complicadas.

El diseño de niveles nos muestra de todo, plataformas que van de izquierda a derecha y de arriba abajo, fin.  Entre los saltos complicados, enemigos puestos para joder y trampas para hacer caer a los más despistados como suelo con picos o baldosas que se quiebran están conformados los motivos más fáciles de hacer llorar como nenas al jugador.

Los gráficos han envejecido bien, como casi todos los juegos de SNES, muestra una estética exquisita tanto en escenarios como en monstruos llena de color, en estos momentos es imposible olvidar las partes que a la gente veterana hizo sacar una muy sincera expresión de asombro y que ahora se recuerdan con una sonrisa en la cara, si, hablamos de la espectacular vista del túnel giratorio y en menor medida del candelabro balanceándose… muestras de lo bien que salían las cosas en las consolas de antaño también. El juego se mueve muy fluido junto con unas animaciones que diferencian a los monstruos entre ellos y con un Belmont que va muy natural, pero demasiado lento para mi gusto.

La banda sonora es gloria en temas míticos, también destacan las pistas con toques tétricos, no le llegan ni a la suela de los zapatos a las canciones que la viejita del órgano compone para las misas del templo,  pero crean un ambiente muy padre.

Castlevania IV es un excelente juego y de todos modos se encuentra por debajo a obras como Super Mario World, Super Metroid o Donkey Country,  a estas alturas su concepto de plataformas está bastante obsoleto, pero no desmerece para nada una probadita, seguro les gusta lo que verán. Disponible en emuladores y en la consola virtual de Wii, este juego es un imperdible para todos los niños, que como yo, en su momento no tuvieron el honor de sorprenderse con semejante titulo.

PROS
Excelente exponente en cuestión plataformera
Grandísimo apartado técnico
Dificultad retadora
Control que responde bien.

CONTRAS
Para el año en que estamos la mecánica está bastante arcaica.
El protagonista es muy lento

TOTAL: 8