lunes, 14 de abril de 2014

Frustraciones: Jefes Finales de Shadow Of The Damned



Llevo varias semanas sin publicar nada y supongo que puedo resumir los motivos de mi desaparición en este ámbito con “Exámenes” ahora bien una vez aclarado el punto es hora de una entrada cortita de nuestra amada sección “Frustraciones” donde les hablo de aquellas desventuras que usualmente me topo como jugador activo de videojuegos.

Shadow of The Damned ya tuvo su respectiva reseña en estos lares y como bien mencioné en su momento no es un juego excesivamente difícil, de hecho es lo contrario, con enemigos bien pendejos que solamente se dignan a atacarte en fila con ataques cuerpo a cuerpo casi en su totalidad y donde solo la pasamos mal cuando la cámara nos deja vendidos pues existirá el cabrón que ataque de espaldas y la gran cercanía del cuadro hacia nuestro personaje no ayuda para una rápida división de enemigos.

Entonces ¿De qué cojones puedo sacar un momento frustrante de un juego relativamente sencillo? Pues no es para nada de su dificultad como podrán ver y no en todo el juego, solamente en secciones muy específicas por lo estúpidamente monótonas, descafeinadas y largas… como ya lo dice el título de esta entrada, hablo de los combates contra jefes.



Decidí volver a jugar Shadow of the Damned por mero gusto, claro, hace varios meses les dije que ni cobrando volvería a jugar el título de Suda en corto-mediano plazo pero a chingar a su madre, no tenía intención de empezar juegos nuevos durante esa época infernal y me puse con él. Seguro muchos dirán “Joder, para eso mejor no jugar nada” y tengo que darles la razón hasta cierto punto pues aun con todo ese suplicio las fases normales siguen entreteniendo –si lo juegas cada 5 años-.

Ahora bien, voy directo al grano. Lo empecé en la máxima dificultad de las tres y durante los primeros momentos nada cambia realmente de las dificultades inferiores que yo recuerde,  cierto es que los enemigos se tardan menos en reaccionar y la vida eliminada por cada golpe a nuestro personaje es mucho más notoria…pero hasta ahí, el juego sigue siendo prácticamente el mismo o por lo menos no se me complicó nada al igual que la dificultad normal.


Pues bien si el desmadre sigue siendo leve inclusive llegando con el primer mini-jefe, un demonio con sierras incrustadas en las manos increíblemente rápido pero ridículamente sencillo por su pobre esquema de ataque y con la posibilidad de bloquearlo sin esfuerzo alguno, de hecho la cosa sigue igual de ligera aun cuando toca enfrentarse al jefe en su primera forma…pero cuando es hora de enfrentarnos a él tal y como es ya en su forma definitiva me cago en su puta madre.

Para los que no sepan cómo se desarrollan los combates en este título  solo tienen que imaginarse aquellos juegos antiguos donde el punto débil era señalado como una enorme roncha o punto rojo en determinada parte del cuerpo, indicador de tener que descargar toda nuestra artillería pesada contra ese objetivo….en Shadow of the Damned pasa exactamente lo mismo pero adaptado a un juego de disparos en tercera persona, en normal la cosa se puede extender fácilmente 10 minutos entre que esquivas ataques y se presta el momento para disparar a los puntos débiles ahora que en difícil un enfrentamiento puede durar de principio a fin 20-35 minutos con el riesgo de morir de solo tres golpes.

La mecánica no tiene ningún cambio, los jefes utilizan el mismo patrón y todo lo demás, pero es una putada la tremenda monotonía y la desesperación que causa ver como parece un combate que se extiende hasta el final de los tiempos, por más disparos acertados al objetivo da la impresión de no provocarle nada, y la repetición excesiva del combate solo termina por matar algo que debería de ser intenso.

Esto lo sufrí en verdad con tres combates en concreto, el pájaro gigante, la última de las hermanas Mara y con el jefe final.  El resto de enfrentamientos no se salvan en lo absoluto, pero llegan a ser tolerables hasta cierto punto pues no sobrepasan el extremo que estos tres pendejos requieren para su destrucción definitiva. Ahora que la cosa tenía su hándicap de mi parte pues había olvidado por completo como moverse contra estos enemigos y solo bastaban 3 suspiros para mandarte al infierno y de nuevo al inicio de combate.


Con esto mantengo mi postura aun de jefes con patrones escasos y monótonos, pero eso no quita que el desconocer de estos – o olvidarlos-  signifique tu inminente muerte….cuando llevas 12 minutos en el desmadre y toca iniciar todo de nuevo sin chance de enmendar el error ahí mismo pues será jodidamente tarde. Es aquí donde reside todo mi pinche encabronamiento, llevamos 12 minutos disparando y cubriendo dependiendo del jefe y justo cuando acabamos de destruir alguno de sus puntos débiles se le añade un solo movimiento que es devastador y te fulmina sin un puto aviso. Esto me parece una putada enorme porque tengo que volver a tragarme más de 10 minutos de un aburrido combate y cuando vuelva a llegar a donde he muerto ahora sí, esquivarlo.

Donde más me jodió fue con Mara, un puto combate que pasaba de los 30 minutos donde si mal no recuerdo sus ataques se reducen solo a 3 tipos de lanzamiento de guadaña y uno o dos ataques más, disparar un rayo y multiplicarse unos instantes para rajarte, pues bien el ataque toca pelotas por excelencia es uno en el cual lanza la guadaña y esta como boomerang realiza un recorrido donde en cierto punto realiza una curva y regresa cerca de su sitio dependiendo si se le antojan los huevos, entre que tenía pocas botellas para curarme da muy mal rollo esquivar y aun así recibir el impacto pues a la cosa le ha dado por atacarte desde un costado, punto ciego por la nada amigable cámara.

También tenía otro plus agregado pues las balas se acaban en chinga y tenías que usar si o si la metralleta pues el punto débil de Mara se descubre cuando activa la oscuridad –estado donde perdemos vida hasta activar una lámpara-  y si queremos mantenernos con vida no es conveniente mantener ráfagas prolongadas, se activa la lámpara y volvemos a esquivar el mismo patrón de ataques hasta que después de casi  40 minutos logramos derrotarla. Sinceramente, es el peor combate contra un jefe que he tenido en toda mi estúpida vida.

El enfrentamiento contra el jefe final también duró lo suyo y es una jodida tortura atinarle por tercera vez a Fleming con una de nuestras bombas adhesivas pues pasa de volverse vulnerable al cabo de un rato con  los disparos a tener que tundirlo de balas para después esperar si se le ocurre darnos chance cada cierto tiempo al azar –eso al parecer pues la grieta donde se muestra vulnerabilidad puede brillar o no, momento justo para lanzar el explosivo- y si nos damos el lujo de fallar el proceso vuelve a repetirse más minutos.


La verdad es que si ya le tenía algo de tirria al juego por una nula motivación de volver a jugar aparte de terminar en dificultades superiores la aventura de García con esto no me quedaron dudas y les recomiendo que ni de puta broma vuelvan a pasárselo o intentarlo, las secciones normales seguirán teniendo un poquito de emoción si han pasado 15 años desde que lo terminaste por primera vez pero esas fases tan cansinas con los jefes de 20-40 minutos no merece la pena.  Seguro que en estos momentos estarán en plan “¿Para qué seguir jugando una obra que ya no te divierte en lo más mínimo a sabiendas de que seguramente te esperan combates cada vez más largos y aburridos?” pues bien…debería de preguntármelo yo también… supongo que será para tener algo que contarles y mi investigación sobre pacientes con problemas mentales agresivos en un centro de estancia prolongada les interesaría menos.

Saludos a toda la banda.

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